PSICOLOGÍA DEL COLOR
El color desprende diferentes expresiones del ambiente, que pueden transmitirnos la sensación de calma, plenitud, alegría, violencia, maldad, etc.
La psicología de los colores fue estudiada por grandes maestros a lo largo de nuestra historia, como por ejemplo Goethe y Kandinsky.
El color blanco
Color Blanco: Es el que mayor sensibilidad posee frente
a la luz. Es la suma o síntesis de todos los colores, y el símbolo de lo
absoluto, de la unidad y de la inocencia, significa paz o rendición. Mezclado
con cualquier color reduce su croma y cambia sus potencias psíquicas, la del
blanco es siempre positiva y afirmativa. Los cuerpos blancos nos dan la idea de
pureza y modestia. El blanco crea una impresión luminosa de vacio, positivo
infinito.
El color Negro
Símbolo del error, del mal, el misterio y en ocasiones
simbólica algo impuro y maligno. Es la muerte, es la ausencia del color.
También transmite nobleza y elegancia.
El amarillo
Es el color más
luminoso, más cálido, ardiente y expansivo. Es el color del sol, de la luz y
del oro, y como tal es violento, intenso y agudo. Suelen interpretarse como
animados, joviales, excitantes, afectivos e impulsivos. Está también
relacionado con la naturaleza.
Color gris
Es el centro de todo ya que se encuentra entre la
transición entre el blanco y el negro, y el producto de la mezcla de ambos.
Simboliza neutralidad, indecisión y ausencia de energía. Muchas veces también
expresa tristeza, duda y melancolía. El color gris es una fusión de alegrías y
penas, del bien y del mal. Da la impresión de frialdad metálica, pero también
sensación de brillantez, lujo y elegancia.
El rojo
significa la vitalidad, es el color de la sangre, de la pasión, de la fuerza
bruta y del fuego. Color fundamental, ligado al principio de la vida, expresa
la sensualidad, la virilidad, la energía; es exultante y agresivo. El rojo es
el símbolo de la pasión ardiente y desbordada, de la sexualidad y el erotismo.
En general los rojos suelen ser percibidos como osados, sociables, excitantes,
potentes y protectores. Este color puede significar cólera y agresividad.
Asimismo se puede relacionar con la guerra, la sangre, la pasión, el amor, el
peligro, la fuerza, la energía... Estamos hablando de un color cálido, asociado
con el sol, el calor, de tal manera que es posible sentirse más acalorado en un
ambiente pintado de rojo, aunque objetivamente la temperatura no haya variado.
El azul
es el símbolo de la profundidad. Inmaterial y frío,
suscita una predisposición favorable. La sensación de placidez que provoca el
azul es distinta de la calma o reposo terrestres, propios del verde. Es un
color reservado y entra dentro de los colores fríos. Expresa armonía, amistad,
fidelidad, serenidad, sosiego... y posee la virtud de crear la ilusión óptica
de retroceder. Este color se asocia con el cielo, el mar y el aire. El azul
claro puede sugerir optimismo. Cuanto más se clarifica más pierde atracción y
se vuelve indiferente y vacío. Cuanto más se oscurece más atrae hacia el
infinito.
El violeta
(mezcla del rojo y azul) es el color de la templanza,
de la lucidez y de la reflexión. Es místico, melancólico y podría representar
también la introversión. Cuando el violeta deriva el lila o morado, se aplana y
pierde su potencial de concentración positiva. Cuando tiende al púrpura
proyecta una sensación de majestad.
El verde
es el color más tranquilo y sedante. Evoca la
vegetación, el frescor y la naturaleza. Es el color de la calma indiferente: no
transmite alegría, tristeza o pasión. Cuando algo reverdece suscita la
esperanza de una vida renovada. El verde que tiende al amarillo, cobra fuerza
activa y soleada; si en él predomina el azul resulta más sobrio y sofisticado.
El marrón
es un color masculino, severo, confortable. Es evocador
del ambiente otoñal y da la impresión de gravedad y equilibrio. Es el color
realista, tal vez porque es el color de la tierra que pisamos. Hemos visto
algunas reacciones que producen los colores según nos los describe A. Moles y
L. Janiszewski.
CONCLUSIÓN
Cada dimensión del color está relacionada con una
reacción diferente. Por ejemplo, cuanto más se satura un color, mayor es la
impresión de que el objeto se está moviendo. Cuanto más brillante es el color,
mayor es la impresión de que el objeto está más cerca de lo que en realidad
está. Las tonalidades de la parte alta del espectro (rojos, anaranjados,
amarillos) suelen ser percibidas como más enérgicas y extravertidas, mientras
que las de las partes bajas (verdes, azules, púrpuras) suelen parecer más tranquilas
e introvertidas. Los verdes y los azules se perciben calmados, relajados y
tranquilizantes. A la vez, los rojos, naranjas, y amarillos son percibidos como
colores cálidos, mientras que los azules, verdes y violetas son considerados
colores fríos. Las diferentes tonalidades también producen diferentes
impresiones de distancia: un objeto azul o verde parece más lejano que un rojo,
naranja o marrón.







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